Gallego yo tengo un angel escuchar

PAUL CARR - RÉQUIEM POR UN ÁNGEL
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El editor de La Ventana Alta quiere agradecer a Keith Payne y a su equipo de traductores el trabajo y el entusiasmo que han puesto en la creación de este suplemento de poesía gallega contemporánea. De hecho, han sido tan laboriosos que hemos decidido repartir su trabajo en dos números.
Cuando David Cooke se puso en contacto conmigo para reunir esta selección (la segunda parte se publicará en la primavera de 2023), recordé la sesión de edición de 12 meses que nos llevó a mí, a Lorna Shaughnessy y a Martín Veiga leer, seleccionar y ordenar poemas para Un edén diferente: Ecopoetry from Ireland and Galicia (Dedalus Press, 2021), y me di cuenta de que me llevaría tres años realizar una tarea similar. Así que decidí dejar que los traductores marcaran el camino, y enviando una convocatoria para su selección personal, recibí más de cincuenta poemas de más de veinticinco poetas de las selecciones personales de los siete traductores que figuran a continuación, que espero que disfruten a lo largo de esta y la siguiente edición de The High Window. Se trata, por así decirlo, de un esfuerzo "de equipo" más que "temático", en palabras de la traductora y colaboradora Pat Loughnane.
Dios me envíe un ángel
Siervo bueno y fiel, obrero en la Viña de Cristo, soportaste la carga del día, y aumentaste el talento que se te dio. No envidiaste a los que vinieron después de ti; por eso se te abrieron las puertas del cielo. Entra en la alegría de tu Señor y ruega por nosotros, San Nicolás.
En Myra, oh Santo, demostraste ser un verdadero sacerdote de Dios y servidor de los misterios divinos. Cumpliendo el Evangelio de Cristo, diste tu vida por tu rebaño y salvaste de la muerte a los inocentes. Así alcanzaste la verdadera santidad como gran místico de la Gracia de Dios.
La sabiduría procede de la boca del Altísimo. Recibe, oh Iglesia de Dios, el anuncio de la salvación; ¡Entra en la alegría de la Theotokos! Cantemos con alegría, oh pueblos: Bendito el que viene: Gloria a Ti, Dios nuestro.
Toda la creación, ¡celebre la fiesta con alegría! ¡Alégrense con nosotros, cielos! El Creador ha nacido de la Virgen en la cueva; un niño viene en la plenitud de los tiempos. Gritémosle: Bendito eres Tú, nuestro Dios recién nacido: ¡Gloria a Ti!
Todos los poemas incorporan la puntuación de De Castro, excepto cuando esta acción resulta claramente perjudicial. Su estilo, convencional en la España de la época, implica una profusión de comas y puntos y comas que normalmente no se traduciría bien al inglés. Sin embargo, dado que la lectura de un poema implica un continuo salto de líneas, con el ojo parpadeando durante una duración más o menos equivalente en prosa al salto más allá de una coma, la frecuente inserción por De Castro de comas o puntos y coma al final de una línea no entorpece la lectura tanto como podría hacerlo en prosa.
El diminutivo cariñoso complica la labor de traducción porque no suele haber una resolución única en inglés. Sin embargo, ceder a la tentación de tratarlo como una molestia e ignorarlo por completo priva al poema de todo su patetismo. En el lado positivo, el diminutivo cariñoso ofrece al traductor la oportunidad de añadir aliteración, rima interna y agudeza lírica al texto. El objetivo es encontrar el mejor adjetivo, adverbio o sustantivo que transmita tamaño, fragilidad, simpatía o cariño según el contexto. Este objetivo se reduce normalmente a una elección personal, que a veces puede consistir incluso en ignorar un diminutivo cariñoso porque contradice el contexto o resta fluidez a la traducción o hace que el texto resulte desaconsejablemente empalagoso. El ejercicio puede ser tedioso, desafiante y llevar mucho tiempo, pero dejar de lado los diminutivos cariñosos en la traducción de "Cantares Gallegos" es privar al lector inglés de una aproximación a lo que De Castro apodó "esas tiernas palabras y esos modismos nunca olvidados que tan dulces sonaron a mis oídos desde la cuna y que mi corazón recogió como patrimonio propio".
Celtic Woman - La costa de Galiçia
La sección principal de este artículo puede ser demasiado corta para resumir adecuadamente los puntos clave. Por favor, considere ampliar el lead para proporcionar una visión general accesible de todos los aspectos importantes del artículo. (Octubre de 2016)
El Coco o Coca (también conocido como Cucuy, Cuco, Cuca, Cucu o Cucuí) es un monstruo mítico parecido a un fantasma, equivalente al hombre del saco, que se encuentra en muchos países hispanohablantes y lusófonos. También puede considerarse una versión ibérica del oso de la muerte[1], ya que es una figura retórica común que representa un miedo irracional o exagerado. El Cucuy es un ser masculino, mientras que la Cuca es la versión femenina del mítico monstruo. El "monstruo" llegará a la casa de los niños desobedientes y los hará "desaparecer".
Muchos países latinoamericanos se refieren al monstruo como el Cuco. En el norte de Nuevo México y el sur de Colorado, donde hay una gran población hispana, se le conoce por su nombre anglicismo, "el Hombre Coco"[14] En el folclore brasileño, el monstruo se conoce como Cuca y se representa como un caimán humanoide hembra, derivado del portugués coca,[15] un dragón.